Carmen Sánchez Melgar
Nací en Benarrabá, en 1961.Me gusta escribir lo que se esconde entre las nieblas de mi alma y lo que veo en derredor mientras pasan los minutos de mi vida. Soy tesorera del Ateneo de Algeciras, co-fundadora del Ateneo de Manilva y formo parte de la Federación de Ateneos de Andalucía.
Socia de ALAS, mujeres por la Literatura y las Artes, Sindicato Nacional de Escritores, Fundación Alonso Quijano, Club de Letras de la Universidad de Cádiz y Utopía Poética.
martes, 8 de noviembre de 2011
miércoles, 31 de agosto de 2011
EL JUEGO INSOBORNABLE DE LA CARNE.
I
Mi mano busca con
Descaro tu entrepierna, Y tú, Sorprendido ofreces Los labios entreabiertos, Paralizado por dentro.
No hay palabras
En el juego insobornable De la carne.
II
Regálame ésta noche
El aroma de tu cuerpo, Yo te daré mi sexo en llamas. Juntos escribiremos versos Con la sangre desbocada.
III
Cae el velo de la noche
Acariciando los sentidos Y relajando los músculos Cansados. Rozo tus labios con mis dedos, Hinco mis uñas en tu espalda Y engullo tu carne invertebrada. Una lluvia de estrellas fugaces Cargan de nuevo Mi energía necesaria.
IV
A ti
Que siempre callas Mi pasión primitiva, Mis piernas envueltas En redes Te susurran Al oído Que te deslices Por su envés Como salmón Río arriba.
V
Olor a madera recién
Cortada se mete por debajo De las sábanas que acarician Los pezones sonrosados De mis senos desnudos, Provocando un sobresalto En el rincón oscuro; Vergel de fruta fresca Para tu hambrienta boca, Y fuente de agua blanca Que se desliza por el túnel De mis piernas.
VI
Mis pies
Buscan acomodo Entre tus piernas, Y hábilmente atrapan Lo que escondes De tu cuerpo. Tu voluntad Se derrumba, Tu espíritu se eleva, Y mis manos se cobijan Por debajo de mi ombligo.
VII
Cuando se apaga la luz
Los dedos rebosantes De lujuria recorren Con urgencia el paisaje Cubierto por las sábanas. Suben cordilleras Y luego bajan Hasta el valle para Adentrarse secretamente En las profundidades De la sima donde hallan Su anhelante recompensa. VIII
Mis ojos se meten
En los tuyos Y mis uñas Serpentean en tu pecho, Tu ombligo Perfumado de romero Se pega a mis labios En el camino Hacia tu íntima arista. Mis manos se deslizan Por la cara oculta De tus nalgas, Y mi pecho se inunda De tu esencia Y tu mirada.
IX
La tarde discurre
Al son de la música. La estancia se impregna De olor a pan con sésamo Azucarado, y tus manos De talco y canela Desatan caricias prohibidas Por la hipocresía de mentes Asustadas. En la oscuridad Una tímida luciérnaga Alumbra el rincón Donde el sol No llegó jamás. | X El pañuelo amarillo Cae a plomo entre mis senos Que compiten Con el tacto de la seda. Tus dedos apresurados Acarician los pezones Que apuntan Irremediablemente Al suelo, pero que Diriges directos a tu boca Hambrienta de besos. Tus manos con prisa Excesiva se pierden Debajo de mi falda. XI
Acerca la fragancia
De tu piel Hasta mi espalda. Acerca tu ombligo A mi cintura Y aprieta con tus manos Mis caderas. Muérdeme la base De la nuca como Un gato en celo Maullando en las callejas.
XII
Te quiero
Porque no apagas La luz que me alumbra Por dentro Te quiero Porque no soy La diana De tus fracasos. Te quiero Porque eres un raíl Extendido junto al mío En la misma direcciòn.
Te quiero
Porque me dejas crecer Sin sembrar mala hierba A mi alrededor
Pero sobre todo
Te quiero Porque contigo No dejo de ser yo. XIII
Cómo explicarte
El canto de las cigarras En los campos Ni el perfume De las flores en mayo Embriagando Mis anhelos. Cómo explicarte El fuego que se adueña De mi piel A la sombra del ciruelo Vestido de junio En el huerto.
Cómo explicarle
El rayo que sale Por la punta de mis dedos Cuando tengo entre mis manos La parte oculta de tu cuerpo.
XIV
Te espero
Con guantes de raso Al final de la escalera Para acariciar tu rostro Y beberme los besos Que se caen de tus labios Cuando se te hace La boca agua en la fuente Que hay en mi regazo.
XV
Enlaza tus piernas
Con las mías, Pon tu cabeza Entre mis pechos, Rodéame Con tus brazos Y sentirás Lo que siento. Agita mi cuerpo Con furia Como una hoja Lo hace por el viento Dibujando remolinos En la noche Y cayendo agotada Contra el suelo.
Carmen Sáchez Melgar
Recitado en Ronda por la autora por invitación del Colectivo Giner de los Rios http://www.colectivoginer.com/htm/ind7.htm
|
viernes, 29 de julio de 2011
En el patio Mudéjar del palacio de Mondragón de Ronda Málaga
El Colectivo Cultural "Giner de los Ríos" de Ronda dentro de la organización de la temporada de verano los Cuadernitos de Poesía Octava Temporada. Presentó la poesía erótica de Carmen. El acto tuvo lugar en el patio Mudejar del Palacio Mondragón. La lectura estuvo amenizada con la danza Árabe de Rocío Campos.
En el acto también se presentó la Revista Utopía de las Artes a cargo de Antonio Quero. Asistieron Aurora Gámez, presidenta de ALAS acompañada de Inmaculada García Haro, Alicia Cosme y Carlos Esteve que se desplazaron desde Málaga. Aurora Gámez hizo entrega de algunos ejemplares de la Colección de poesía Wallada y el libro de relatos eróticos de ALAS al Colectivo Giner de los Ríos.
En el acto también se presentó la Revista Utopía de las Artes a cargo de Antonio Quero. Asistieron Aurora Gámez, presidenta de ALAS acompañada de Inmaculada García Haro, Alicia Cosme y Carlos Esteve que se desplazaron desde Málaga. Aurora Gámez hizo entrega de algunos ejemplares de la Colección de poesía Wallada y el libro de relatos eróticos de ALAS al Colectivo Giner de los Ríos.
Te espero
con guantes de raso
al final de la escalera
para acariciar tu rostro
y beberme los besos
que se caen de tus labios
cuando se te hace
la boca agua en la fuente
que hay en mi regazo.
viernes, 6 de mayo de 2011
del libro "El peso de los pensamientos"
Pregúntale a los
cien cristales rotos
del espejo
por el llanto de los perros.
Pregúntale por qué ahora
escribo en la niebla
de los bosques
parábolas para ciegos.
cien cristales rotos
del espejo
por el llanto de los perros.
Pregúntale por qué ahora
escribo en la niebla
de los bosques
parábolas para ciegos.
martes, 3 de mayo de 2011
Del libro "El ritual de la ceniza"
Se extinguen
las copas de la vida
y no hay un beso
que agrande el poema,
no hay paletas
para mezclar los
colores del atardecer,
no hay columnas
de tornados
que limpien las miserias,
no hay sosiego que invite
a escuchar a las cigarras.
mañana, aunque tarde,
seguiràn los sampedros
purificando los vientos
como antaño.
las copas de la vida
y no hay un beso
que agrande el poema,
no hay paletas
para mezclar los
colores del atardecer,
no hay columnas
de tornados
que limpien las miserias,
no hay sosiego que invite
a escuchar a las cigarras.
mañana, aunque tarde,
seguiràn los sampedros
purificando los vientos
como antaño.
LILAS
A Candi,
Fragmentos de mi ayer
se suspenden
en el aire que te envuelve.
Abril se reaviva
y volvemos a perseguir
sueños en las callejas,
porque las lilas
perfuman lunas
atestadas de recuerdos.
Fragmentos de mi ayer
se suspenden
en el aire que te envuelve.
Abril se reaviva
y volvemos a perseguir
sueños en las callejas,
porque las lilas
perfuman lunas
atestadas de recuerdos.
miércoles, 23 de marzo de 2011
HA HABIDO TANTAS VECES...
A Toñi Galán
Había una vez una niña que soñaba con ser maestra, pero su padre, hombre
de su tiempo, decía que los estudios eran para los varones, bastante tenía
ella con aprender las tareas del hogar.
Había una vez una joven que soñaba con bailar, pero su marido, hombre de su
tiempo, decía que los bailes eran para las coristas, que ella bastante tenía con
educar a los niños.
Había una vez una señora que soñaba con soñar, pero ella, mujer de su tiempo,
pensaba que soñar era un pecado y dedicó toda su vida a servir a los demás.
Había una vez una anciana que soñaba que dormía y a gritos despertó de la
terrible pesadilla de no haber vivido su vida.
Accésit IX Certamen de Relatos cortos del Día Internacional de la Mujer.
Había una vez una niña que soñaba con ser maestra, pero su padre, hombre
de su tiempo, decía que los estudios eran para los varones, bastante tenía
ella con aprender las tareas del hogar.
Había una vez una joven que soñaba con bailar, pero su marido, hombre de su
tiempo, decía que los bailes eran para las coristas, que ella bastante tenía con
educar a los niños.
Había una vez una señora que soñaba con soñar, pero ella, mujer de su tiempo,
pensaba que soñar era un pecado y dedicó toda su vida a servir a los demás.
Había una vez una anciana que soñaba que dormía y a gritos despertó de la
terrible pesadilla de no haber vivido su vida.
Accésit IX Certamen de Relatos cortos del Día Internacional de la Mujer.
miércoles, 16 de marzo de 2011
domingo, 23 de enero de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)