Carmen Sánchez Melgar

Nací en Benarrabá, en 1961.Me gusta escribir lo que se esconde entre las nieblas de mi alma y lo que veo en derredor mientras pasan los minutos de mi vida. Soy tesorera del Ateneo de Algeciras, co-fundadora del Ateneo de Manilva y formo parte de la Federación de Ateneos de Andalucía.

Socia de ALAS, mujeres por la Literatura y las Artes, Sindicato Nacional de Escritores, Fundación Alonso Quijano, Club de Letras de la Universidad de Cádiz y Utopía Poética.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Carmen Sánchez Melgar en el III Encuentro de poetas andaluces de ahora





Carmen Sánchez Melgar en el III Encuentro de poetas Andaluces de Ahora que se celebró en el Carmen de los Mártires de Granada.

III Encuentro de poetas andaluces de ahora en GRANADA




 Aurora Gámez Enríquez, Carmen Sánchez Melgar y Juan Emilio Ríos Vera 
Llegada a El Carmen de los Mártires


Grupo de poetas del III Encuentro de poetas andaluces de Ahora
Granada 2014


En el CAL de Málaga en la presentación del libro de Fuensanta Martín Quero, socia y amiga

 Ciclo LIBREPENSAMIENTO del Grupo Literatio ALAS al cual pertenece Carmen Sánchez Melgar


Presentación de los libros de poesía de la socia Fuensanta Martín Quero a cargo de Aurora Gámez Enríquez y de Juan Emilio Ríos Vera en el CAL de Málaga.
Recital de poesía "Casas de cal" y "Las esquinas" de la autora y el guitarrista Rafael Sánchez Rando.

martes, 13 de mayo de 2014

LA MAGIA DE LAS PALABRAS

Presentación de la Antología poética de Carmen Sánchez Melgar 
Portada de Antonio Quero
El libro es el número 5 de la Colección de Poesía ALAS
editada por la Asociación de Mujeres por la Literatura y las Artes
al cuidado de Aurora Gámez Enríquez

El prólogo del libro corre a cargo de Juan Emilio Rios


lunes, 14 de abril de 2014

SOMBRAS DE PAPEL, PAREDES DE HUMO

Prólogo de Juan Emilio Rios Vera


Si ponemos en una balanza el pasado, el presente
y la proyección del futuro siempre pesan más las
horas pasadas que el diseño de las horas venideras
o el contacto efímero de las horas actuales.
Si ponemos en una romana la realidad y el deseo
impone su carga descomunal el primero sin duda.
El segundo es apenas niebla entre los árboles.
Si pesamos los espejismos, las dudas, las incertidumbres,
los fantasmas, el humo, el polvo del olvido,
las grietas, las camas vacías, las horas perdidas,
las lagunas en la mente, los pensamientos en
definitiva, su peso es tan excesivo que nos arrastra
a tocar el fondo de nuestros propios cimientos, de
nuestros propios miedos atávicos, de nuestras miserias
heredadas generación tras generación.
Y este poemario denso y plúmbeo por momentos
pesa como una condena en nuestra mente que se va
saturando de situaciones estresantes, de decepciones, de naufragios y de derrotas. Al otro lado de la
balanza, en su platillo liviano, las alegrías, los goces
y las euforias son tan escasas que no pueden en
absoluto equilibrar la pesada carga que soporta el
platillo de los sinsabores.
Carmen Sánchez Melgar, acostumbrada a pesar
palabras en su trabajo, acomete en este libro comprometido
y enconado, la difícil pero necesaria tarea
de sopesar todo lo cosechado en su vida hasta el
presente momento. Así, los poemas componen un
balance vital de experiencias acumuladas que se
van repartiendo en el debe o el haber de su bagaje
existencial para ajustarse las cuentas a sí misma e
intentar involucionar la marcha de algunos acontecimientos
que le proporcionan estrés, entropía y plomo en las alas.
Para mí hay un poema capital en la secuencia cronológica
del libro, se trata del titulado contundentemente
NADA que reproduzco por su importancia
argumental: “Éramos extrañas sombras de papel
en las paredes de humo de nuestros sentimientos.
Nada entre la nada”. El mensaje es demoledor y no
deja títere con cabeza. Todo el pasado es una pantomima,
una mentira, una pura apariencia, un envoltorio
huero y dentro del celofán no había nada, todo
era atrezzo, maquillaje, disfraz, máscara y no había
cuerpo al que asirse. El tono amargo de todo el
corpus textual se incrementa con la descripción de
imágenes que nos describen el vacío y la niebla de
una parte de la existencia que pesa como demonios:
la niebla de las piedras, palabras mudas, montañas
cubiertas de sombras, manchas de olvido, voces sin
rostro, carne marchita, amor líquido, terreno baldío,
rostro maquillado de silencios, grietas entre las sombras,
relojes sin hora, vida sin historia ni testamento,
un tren cargado de viento, alegrías disfrazadas,
quejas tapiadas, manos vacías, sombras de papel,
mirada perdida, perro abandonado, abandonado
cuerpo, dolor anónimo, línea imaginaria, palabras
perdidas, horas sin retorno, el ascensor del vacío,
solitarios fantasmas de tu sexo, cien cristales rotos,
la niebla de los bosques, parábolas para ciegos,
ojos con las alas amputadas, cuencas donde anidan
las arañas, horas muertas, vestidos de cristal,
papel de celofán, nubes atrapadas en el espejo,
una rama dormida, el ensueño de un poema... El
contraste de los sustantivos con los adjetivos y los
complementos del nombre que los acompañan es
brutal, desasosegante, demoledor. Se trata de una
construcción semántica que produce una sensación
de derribo, de orfandad, de soledad, de derrumbe
imposibles de soportar sin que se laminen todos
los cimientos de aguante de quien lee que se ve
arrastrado hacia la hecatombe que le transmite esa
insoportable fractura entre lo físico y lo psíquico,
entre lo lumínico y lo tenebroso, entre lo real y lo
deseado.
Todo el paisaje se desmorona, todo matiz se decolora,
toda persona es mero disfraz, todo sentimiento
es mera cáscara, toda ventana es espejo roto, toda
persona es personaje o actor maquillado, todo escenario
es mero celofán, todo cuerpo es mera piel
huera, alma vacía.
No sé si la autora es consciente de que ha construido
un edificio que se desploma por todas partes,
que se rompe por todas las junturas, que apenas
se tiene en pie, un universo que se resquebraja por
doquier.
La única salida es huir hacia adelante. Buscar nuevas
emociones que apuntalen una mente cansada
de ceder al peso de unos pensamientos afilados
como cuchillos que rasgan y sajan allí donde se
asientan.
La poeta ha escrito este libro para echar fuera el
lastre de todo lo que le impide andar libre, de todo lo
que le frena el impulso creativo y vital porque, como
Atlas, está harta de llevar el mundo a cuestas, no
solo su mundo sino el de todos los que le cargan
sus espaldas con pesadas alforjas.
Ya habrá tiempo para volar.

Juan Emilio Ríos Vera

jueves, 13 de marzo de 2014

Presentación de la Antología Poética de Carmen Sánchez Melgar

ALAS, Asociación de Mujeres por la Literatura y las Artes presenta  el número 5 de la Colección de poesía ALAS
Día 19 de marzo 2014
Hora: 19,30h

Antología poética de Carmen Sánchez Melgar

en la librería Rayuela idiomas de Málaga
Plaza de la Merced, 17
-junto a la casa natal de Picasso-